Sentencia 998 de 1983

300Corte SupremaCorte Suprema30030015888998Ricardo Medina Moyano198311/04/1983998_Ricardo Medina Moyano_1983_11/04/198330015888&& CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA PLENA SENTENCIA N�MERO 36. REFERENCIA: Proceso n�mero 998. 1983

Antonio Jos� Cancino Moreno,Sa�l Fl�rezAntonio Jos� Cancino Moreno y Sa�l Fl�rez Enciso, en su condici�n de ciudadanos, 'y actuando "en ejercicio de la acci�n ciudadana y del derecho de petici�n consagrados en los art�culos 45 y 214/15 de la Constituci�n Nacional", demandan ante la Corte "de manera parcial", el art�culo 377 del nuevo C�digo Penal, es decir, del Decreto n�mero 0100 de 23 de enero de 1980".Identificadores30030015889true89624Versi�n original30015889Identificadores

Norma demandada: �Antonio Jos� Cancino Moreno y Sa�l Fl�rez Enciso, en su condici�n de ciudadanos, 'y actuando "en ejercicio de la acci�n ciudadana y del derecho de petici�n consagrados en los art�culos 45 y 214/15 de la Constituci�n Nacional", demandan ante la Corte "de manera parcial", el art�culo 377 del nuevo C�digo Penal, es decir, del Decreto n�mero 0100 de 23 de enero de 1980".

NORMA DEMANDADA: Art�culo 377C_PENAL#377*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF, parcialmente del C�digo Penal (Decreto n�mero 100 de 1980).

TEMA: EJECUCI�N DE LAS PENAS PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD. PRISI�N ABIERTA. COLONIAS AGR�COLAS. DEL PLURALISMO AL MONISMO.

Exequible el art�culo 377C_PENAL#377*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF, parcialmente del C�digo Penal Decreto n�mero 100 de 1980.

FECHA: Bogot�, D. E., abril once (11) de mil novecientos ochenta y tres (1983).

Antonio Jos� Cancino Moreno y Sa�l Fl�rez Enciso, en su condici�n de ciudadanos, 'y actuando "en ejercicio de la acci�n ciudadana y del derecho de petici�n consagrados en los art�culos 45CONS_P86#45*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF y 214CONS_P86#214*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF/15 de la Constituci�n Nacional", demandan ante la Corte "de manera parcial", el art�culo 377C_PENAL#377*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF del nuevo C�digo Penal, es decir, del Decreto n�mero 0100 de 23 de enero de 1980", a fin de que se declare la inexequibilidad de tal norma.

Emitida por la Procuradur�a General de la Naci�n la vista fiscal ordenada por la Constituci�n Nacional en el citado art�culo 214CONS_P86#214*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF, en la cual solicita a la Corporaci�n la declaraci�n de inexequibilidad de la norma demandada, se procede a tomar la decisi�n correspondiente.

Incluidos los ac�pites correspondientes y subrayada la parte objeto de la demanda se transcribe a continuaci�n la norma en cuesti�n.

Articulo 377D0100_80#377*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF. Tr�nsito de legislaci�n. A partir de la vigencia del presente C�digo, quienes est�n cumpliendo condena de presidio o de relegaci�n o Colonia Agr�cola Penal, continuar�n descont�ndola como si fuera pena de prisi�n.

Desde ya conviene se�alar que los actores, al hacer la transcripci�n de la norma acusada omitieron la expresi�n penal referida a la Colonia Agr�cola, vale decir que donde el art�culo habla de Colonia Agr�cola Penal, ellos se refieren �nicamente a Colonia Agr�cola'

Entienden los demandantes que la parte acusada del articulo 377C_PENAL#377*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF del C�digo Penal:

"Quebranta francamente lo estatuido por el art�culo 26CONS_P86#26*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF, numeral 2o. de la Constituci�n Nacional, en cuanto ordena que '.. en materia criminal, la ley permisiva o favorable, aun cuando sea posterior, se aplicar� de preferencia a la restrictiva o desfavorable".

Para llegar a la conclusi�n de inexequibilidad del texto demandado, los actores parten de dos supuestos. Por una parte que la Colonia Agr�cola Penal en el C�digo Penal derogado de 1936 era exclusivamente una pena accesoria y que por lo tanto, al continuar descont�ndose como si fuera prisi�n a la luz del nuevo C�digo, se vulnera el principio constitucional y legal de la favorabilidad. Y estiman por otro lado que, el cumplimiento de la Relegaci�n a Colonia Agr�cola Penal era siempre consecuencia de la reincidencia, y que al desaparecer esta �ltima del nuevo C�digo, tambi�n vendr�a a vulnerarse el citado principio.

a) Concretando sus puntos de vista sobre el primer aspecto, afirman ciertamente los actores que:

".. si desapareci� la pena accesoria de Relegaci�n a Colonia Agr�cola Especial (sic), quienes hubieran pagado la pena principal de prisi�n o de presidio y se encontraban, en el momento de entrar en vigencia el C�digo nuevo, cumpliendo la referida accesoria, obviamente tienen que ser amparados con el principio de favorabilidad. Muy distinta es la situaci�n de los casos de presidio, pues el cambio a prisi�n s� es favorable.

Se quebrantan esos principios de favorabilidad porque se convierte una pena accesoria, suplementaria, secundaria, en pena principal, con nocivas consecuencias para el condenado, como que, por ejemplo, la pena de prisi�n no tiene el privilegio, prerrogativa o derecho de residir con la familia y bien puede ocurrir que un condenado que se encuentre cumpliendo la pena accesoria de relegaci�n a Colonia y residiendo con su familia, de repente se vea despojado de ese derecho y resulta cumpliendo una pena principal en lugar de la accesoria impuesta";

b) Y en cuanto al fen�meno de la reincidencia en relaci�n con la Colonia Agr�cola Penal, concluyen los libelistas que:

"Y la afirmaci�n cobra todo su valor si tenemos en cuenta que quienes se encontraban cumpliendo la pena accesoria lo hac�an por virtud del fen�meno de la reincidencia, el cual desapareci� del nuevo C�digo Penal. Precisamente el Presidente de la Comisi�n Redactora del Nuevo C�digo Penal en la exposici�n de motivos anot� que 'conviene anotar que la tradicional instituci�n de la reincidencia se suprimi� del proyecto por que a trav�s de ella se consagraba la aberrante forma de responsabilidad objetiva, ya que la pena para el reincidente se impone, no en virtud de los criterios se�alados en el art�culo 61C_PENAL#61*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF, sino para castigar un delito anterior que ya hab�a sido castigado'.

Si se suprimi� la 'aberrante forma de responsabilidad objetiva', como la califica el mismo Presidente de la Comisi�n Redactora y si ella constitu�a la base de la pena accesoria, �c�mo no decir que se quebranta el principio de 'favorabilidad' de que trata el art�culo 26CONS_P86#26*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF de la Carta Magna, cuando se ordena que quienes est�n descontando la accesoria punici�n, deben continuar con todas las secuelas negativas, pagando o cumpliendo ahora una principal �Podr�a alguien decir que no es desfavorable el convertir una pena simplemente complementaria en una principal ".

Terminan los actores enfatizando el hecho de que dejan por fuera de su aparato argumental dos fen�menos punitivos propios del C�digo Penal anterior, el de que la pena de prisi�n se pudiera cumplir en una Colonia Agr�cola Especial, y el de esta �ltima como medida de seguridad. Al efecto afirman:

"Cierto es que el anterior estatuto permit�a que, en algunos casos, la pena de prisi�n se descontara en Colonia Agr�cola Especial (articulo 47XXXX#47*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF del antiguo C. P.) pero el fen�meno no tiene incidencia en este evento, pues una cosa es que la pena de prisi�n se puede descontar en un establecimiento destinado para el pago de penal accesorias (sic) y otra muy diferente es que la pena de reclusi�n en Colonia Agr�cola se convierta en prisi�n. Tanto es as� que si en el momento de entrar en vigencia el nuevo C�digo Penal, condenados a pena de prisi�n, la descontaban en Colonias Agr�colas por mandato del mentado art�culo 47XXXX#47*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF del anterior C�digo, ninguna incidencia tiene el articulo 377C_PENAL#377*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF que se demanda parcialmente, pues no se puede confundir la naturaleza de la pena, con el establecimiento en donde se paga".

Es conveniente aclarar que si bien los libelistas emplean indistintamente las palabras. Colonia Agr�cola, Colonia Agr�cola Penal y Colonia Agr�cola Especial, al t�rmino de su discurso expresan que:

"Y, obviamente, el fen�meno de la reclusi�n de los inimputables en Colonia Agr�cola Especial, tampoco nos interesa, pues el articulo demandado habla de penas y no de medidas de seguridad.

Mediante concepto n�mero 600 (f. 9 y ss.), del 15 de noviembre del presente la Procuradur�a descorri� el traslado dispuesto por la Constituci�n, solicitando a la Corte la declaraci�n de inexequibilidad de la parte acusada del art�culo 377C_PENAL#377*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF del C�digo Penal.

El Ministerio P�blico luego de referirse al alcance y consagraci�n del principio favorabilidad en la legislaci�n nacional, e identific�ndose con los demandantes en la confusi�n terminol�gica entre Colonias Agr�colas Penales y Colonias Agr�colas Especiales, expresa que:

"Este despacho se encuentra identificado con las conclusiones a que llegan los demandantes respecto de las situaciones que se presentaban en lo relacionado con la reclusi�n en Colonias Agr�colas Especiales (sic), frente a los art�culos 41XXXX#41*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF, 47XXXX#47*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF, 57XXXX#57*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF y 61XXXX#61*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF del anterior C�digo de las Penas, esto es: la relegaci�n a tales Colonias Agr�colas no era pena principal sino accesoria para los imputables; aunque era pena accesoria se basaba en el fen�meno de la reincidencia, el cual fue extinguido por el nuevo C�digo Penal; en cuanto a los inimputables, la relegaci�n era una medida de seguridad; y los departamentos donde funcionaban las colonias pod�an ser utilizados para el pago de penas de prisi�n".

Termina la Procuradur�a, lo mismo que los actores, afirmando que sus reflexiones no abarcan lo relacionado con la Colonia Agr�cola Especial, acerca de lo cual, dice:

"Sobre este aspecto es muy atinente la observaci�n del tratadista Antonio Vicente Arenas en su reciente obra Comentarios al Nuevo C�digo Penal, en donde bajo el ep�grafe 3, Las Medidas de Seguridad en el Nuevo C�digo expresa: 'La primera Comisi�n Redactora (del nuevo C.P.) dividi� el t�tulo de la punibilidad en dos cap�tulos: el primero sobre penas y el segundo sobre medidas de seguridad. El nuevo C�digo, de acuerdo con el Proyecto de la Segunda Comisi�n, no habla de sanciones y hace una distinci�n m�s profunda entre penas y medidas de seguridad al excluir a las segundas del t�tulo sobre punibilidad'. Y concluye as� este ac�pite 'con lo cual queda establecido que las medidas de seguridad no constituyen sanci�n penal'. Siendo esto as� pues, y teniendo en mente que el art�culo 377C_PENAL#377*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF C. P., habla de penas y no de medidas de seguridad, queda claro que el art�culo 377C_PENAL#377*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF del nuevo C�digo Penal, en la parte acusada, viola el principio de favorabilidad establecido en el inciso segundo del articulo 26CONS_P86#26*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF de la Constituci�n Nacional, con lo cual, consecuencialmente, quebranta en form` directa a la propia Carta Fundamental".

El art�culo parcialmente acusado forma parte del nuevo C�digo Penal, el cual fue adoptado mediante el Decreto n�mero 100 de 1980; y toda vez que �ste tiene la naturaleza jur�dica de un Decreto-ley, por haberse dictado con base en facultades extraordinarias otorgadas por el Congreso al Ejecutivo, la Corte es competente para su conocimiento, de conformidad con lo expresado por el art�culo 214CONS_P86#214*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF de la Carta Fundamental.

Como ha sido advertido por la Corte en otras oportunidades, el Nuevo C�digo Penal de 1980, del cual forma parte la norma demandada en el presente proceso, adoptado con la base en las facultades extraordinarias trasladadas por el Congreso al Ejecutivo mediante la Ley n�mero 5 de 1979, fue expedido dentro del plazo de un a�o fijado en el art�culo 1oL0005_79#1o*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF. de la mentada ley de facultades, lo que significa que por tal aspecto el articulo 377C_PENAL#377*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF sub examine no ofrece reparos de constitucionalidad.

De modo similar a lo ocurrido con otros C�digos Penales, el C�digo Penal Colombiano, respecto del arsenal punitivo atinente al n�mero y naturaleza de las penas privativas de la libertad, ha evolucionado dentro de un proceso de reducci�n y simplificaci�n progresivas, que a partir de un amplio pluralismo, se ha movido en forma acelerada hacia formas mucho m�s simplificadas, llegando incluso a reducir a una sola, dichas penas. As� se observa por ejemplo que el C�digo Penal de 1890, en el cual se trasunta sustancialmente el de 1837, consagraba en tal sentido en su art�culo 40XXXX#40*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF cuatro penas privativas de ha libertad, a saber: el presidio, la reclusi�n, la prisi�n y el arresto.

M�s tarde, en 1936, al adoptarse un nuevo C�digo Penal, en el marco de la transformaci�n constitucional y legislativa vivida por el pa�s en tal �poca, y seg�n lo dispuesto en los art�culos 40XXXX#40*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF y 41XXXX#41*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF, se conservaron la pena de presidio y la de arresto, suprimi�ndose la de reclusi�n e introduci�ndose, como se explicar� m�s adelante la sanci�n de Relegaci�n a Colonia Agr�cola.

En las �ltimas d�cadas se impone en el mundo penal la tesis de reducir al m�ximo, y en lo posible de unificar las penas privativas de la libertad, lleg�ndose en muchos C�digos contempor�neos, como el C�digo Penal Alem�n a establecer dr�sticamente una teor�a monista, consagrando como �nica pena privativa de la libertad, la de prisi�n.

Teniendo en la mira dicha evoluci�n, los Anteproyectos de 1974 y de 1978 y finalmente el C�digo Penal de 1980 persiguieron la aludida simplificaci�n y fue as� como este ultimo, en su art�culo 41C_PENAL#41*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF adoptando al respecto una posici�n dualista redujo a dos las penas privativas de la libertad, esto es: la prisi�n y el arresto. Si bien resulta ajeno a esta providencia adentrarse en las causas que han inspirado la glosada transformaci�n punitiva, conviene observar sin embargo, que ella se inspira tanto en importantes razones de orden t�cnico penol�gico, como en razones de orden pragm�tico, vinculadas con frecuencia a la mermada importancia que se le ha atribuido al sistema penitenciario, y que ha impedido la creaci�n del numeroso grupo de establecimientos requerido por la excesiva cantidad de penas privativas de la libertad.

Si bien no ser�a dif�cil encontrar algunos antecedentes remotos en la historia penol�gica del pa�s, es preciso reconocer que fue aqu�l importante C�digo Penal de 1936 el que introdujo la pena de Relegaci�n a Colonia Agr�cola, respondiendo as� entre otras cosas a caracter�sticas del pa�s, ciertamente incuestionables, propias de su estructura agro-social y econ�mica.

Dicho C�digo consagro adem�s dos clases dc Colonias Agr�colas, ambas como sanciones, seg�n su filosof�a punitiva: 1o. La "Relegaci�n a Colonias Agr�colas Penales" en el art�culo 42XXXX#42*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF. Obs�rvese que se hablaba de Colonias Agr�colas Penales, en plural, dejando as� la posibilidad reglamentaria de diversificaci�n de las mismas, de acuerdo con las peculiaridades regionales del pa�s; y 2o. "la Colonia Agr�cola Especial" prevista como medida de seguridad en el art�culo 61C_PENAL#61*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF.

Conviene advertir que, al contrario de lo afirmado por los actores, si bien la Relegaci�n a Colonia Agr�cola Penal, se hallaba consagrada como pena accesoria, igualmente, lo estaba como pena principal, seg�n el art�culo 42XXXX#42*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF; como tambi�n que, prevista ciertamente tal pena como accesoria, no solamente se aplicaba en casos de reincidencia, sino que as� mismo pod�a aplicarse en el llamado concurso material de delitos seg�n el articulo 33XXXX#33*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF de la citada codificaci�n.

Por su parte el art�culo 57XXXX#57*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF de la codificaci�n mencionada, determinaba as� la naturaleza de la primera:

"La Relegaci�n a las Colonias Agr�colas Penales consiste en la permanencia del condenado en los lugares de colonizaci�n que se�ale la Direcci�n General de Prisiones, en donde deber� dedicarse a trabajos agr�colas o en obras p�blicas, sin estar sometido a otro r�gimen que el determinado especialmente para la colonia por la ley correspondiente.

El manicomio criminal y la Colonia Agr�cola Especial son establecimientos organizados de acuerdo con las prescripciones de la ciencia m�dica, separados de las instituciones similares, para enfermos de la mente comunes, dirigidos por psiquiatras, y en donde, en cuanto sea posible, deber� establecerse el trabajo industrial o agr�cola".

Cabe se�alar que el C�digo Penitenciario, esto es el Decreto Legislativo n�mero 1405 de 1934, elaborado como es bien sabido por la misma Comisi�n que redact� luego el C�digo Penal, disciplin� ampliamente lo relativo a las "Colonias Agr�colas Penales" en su art�culo 277D1405_34#277*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF y siguientes, clasific�ndolas entre otras cosas, en Colonias de primera y de segunda clase.

Por su parte el Decreto Legislativo n�mero 1817 de 1964 reformatorio del anterior consagr� todo el T�tulo S�ptimo a la regulaci�n de tales Colonias, clasific�ndolas seg�n el art�culo 341D1817_64#341*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF en tres categor�as, y precisando minuciosamente su funcionamiento.

Es importante advertir que la creaci�n de las Colonias Agr�colas respondi� a un movimiento universal concretado en Italia en el "R�gimen all aperto", antecedente indispensable de la prisi�n abierta, etapa final de la prisi�n, y m�xima aspiraci�n de la Penolog�a contempor�nea.

Para terminar este aspecto, es preciso se�alar que el C�digo de 1980 elimin� tanto la Colonia Agr�cola Penal como la Colonia Agr�cola Especial como un tipo espec�fico de sanciones, seg�n los art�culos 41C_PENAL#41*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF y 42C_PENAL#42*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF, pero prudentemente y sin olvidar la ya anotada realidad nacional previ� en el art�culo 45C_PENAL#45*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF la existencia f�ctica de tales Colonias como establecimientos carcelarios en los cuales se pueden cumplir, ya la prisi�n, o bien el arresto.

Pese a la importancia trascendental que tiene la ejecuci�n en general de las penas, y por supuesto en forma especial, la ejecuci�n de las penas privativas de la libertad, desde el punto de vista criminol�gico, penol�gico y a�n filos�fico pol�tico, cabe destacar sin embargo, la poca importancia que a menudo se da a tales aspectos, origin�ndose as� una corriente legislativa y doctrinaria que ha pugnado y al parecer con �xito, por la eliminaci�n en los C�digos Penal y de Procedimiento Penal, de toda norma sobre tales instituciones, las cuales a juicio de tales corrientes deben corresponder a los C�digos destinados concretamente a la ejecuci�n de las penas, esto es a los C�digos penitenciarios.

De consiguiente es preciso llamar la atenci�n sobre este aspecto fundamental; el C�digo de 1980 no solamente redujo a dos las penas privativas de la libertad, sino que adem�s no determin� la forma como deben cumplirse tales sanciones. Se obr� pues de modo totalmente diverso al previsto en el C�digo Penal de 1936, el cual en sus art�culos 43XXXX#43*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF, 44XXXX#44*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF, 46XXXX#46*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF, 47XXXX#47*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF y 48XXXX#48*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF si determinaba la forma en que deb�an ejecutarse las penas privativas de la libertad all� previstas.

Lo anterior significa que el legislador de 1980 remiti� a otros cuerpos normativos, seguramente al C�digo de Procedimiento Penal o al C�digo Penitenciario la regulaci�n de los aspectos relativos al cumplimiento de tales penas, como que el propio art�culo 45C_PENAL#45*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF del C�digo dispone que la prisi�n y el arresto "se cumplir�n en los lugares y en la forma prevista por la ley".

Ahora bien: es preciso a�adir sin embargo, que el C�digo de Procedimiento Penal en vigor, pese a dedicarle un libro, el Cuarto, a la "Ejecuci�n de las Sentencias del art�culo 665XXXX#665*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF en adelante, en el cual se reglament� lo relativo a la ejecuci�n de casi todas las penas y de las medidas de seguridad, no se refiere al cumplimiento de las penas privativas de la libertad.

Por su parte el ya aludido C�digo Penitenciario a pesar de regular en general el R�gimen de los Condenados en el T�tulo Sexto, lo hace en forma general, sin precisar concretamente lo relativo a la pena de prisi�n. El vac�o aparente de estas dos codificaciones se explica f�cilmente, si se tiene en cuenta que el C�digo Penal del a�o 36 que aqu�llas desarrollaban y complementaban, s� consagraba normas concretas sobre ejecuci�n de las penas privativas de la libertad, como ya se ha visto.

Desde luego en este aspecto de la ejecuci�n de las penas, tambi�n debe tenerse en cuenta que seg�n el art�culo 47XXXX#47*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF del C�digo de 1936, la pena de prisi�n podr�a cumplirse en un establecimiento "destinado al efecto" como tambi�n en una "Colonia Agr�cola Especial"; y que seg�n el art�culo 348D1817_64#348*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF del Decreto n�mero 1817 de 1964 reformatorio del C�digo Penitenciario: "los condenados a la pena de prisi�n o arresto por un tiempo menor de dos a�os, podr�n ser llevados a las Colonias Agr�colas de segunda clase".

No parece asistir raz�n a los sectores, en presencia de las normas anteriores, cuando afirman que al momento de dictarse el nuevo C�digo Penal, los �nicos que se encontraban purgando pena en las Colonias Agr�colas eran los reincidentes. Entre otras cosas es natural que desaparecida la reincidencia del nuevo C�digo Penal, quienes se encontraban descontando una sanci�n por tal concepto, se supone por supuesto que en raz�n de hechos constitutivos de tal figura, son acreedores a la libertad, por lo cual entiende la Corte que el articulo 377C_PENAL#377*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF materia de la impugnaci�n, no abarca en su aplicaci�n a los reincidentes.

a) No existe por lo tanto, como ya se ha visto una norma vigente que determine cu�l es la forma en que se debe cumplir la pena de prisi�n, lo cual ser�a absolutamente indispensable para poder deducir si realmente el art�culo demandado viola el principio de favorabilidad consagrado en la Constituci�n. Los propios actores para llegar a la conclusi�n de inexequibilidad se ven obligados a comparar una norma derogada, el art�culo 57XXXX#57*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF del C�digo Penal anterior, con las normas igualmente derogadas del mismo C�digo, relativas a la ejecuci�n de la pena de prisi�n;

b) En otras palabras no consagrando consiguientemente el C�digo Penal en vigor, normas sobre el cumplimiento de la pena de prisi�n, no es posible concluir que el art�culo demandado viole el principio de favorabilidad y de contera el art�culo 26CONS_P86#26*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF de la Constituci�n. Por otra parte, el mero hecho de que la Relegaci�n a Colonias Agr�colas Penales pueda ser aplicada como pena accesoria, por si s�lo no es suficiente para determinar su mayor o menor favorabilidad; pero si ello se prestara a alguna duda, ya se ha entendido suficientemente, que aqu� no se trata de cambiar una pena menos grave por otra de mayor gravedad, sino de precisar que el cumplimiento de la Relegaci�n a Colonias Agr�colas Penales se realizar�, como si se tratara de la pena de prisi�n, y ya se ha visto que seg�n el C�digo Penitenciario la prisi�n pod�a cumplirse en las Colonias Agr�colas.

En efecto, seg�n el C. P. de 1936. la prisi�n, por su duraci�n de 6 meses a 8 a�os (art�culo 45XXXX#45*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF) como por el hecho de no estar obligado el condenado a trabajar fuera del establecimiento (art�culo 47XXXX#47*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF) resulta en general mas favorable que la Relegaci�n a Colonias Agr�colas Penales, cuya duraci�n (art�culo 45XXXX#45*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF) era de 1 a veinte a�os y en cuyo caso el condenado (articulo 57XXXX#57*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF) s� pod�a ser obligado a trabajar en Obras P�blicas;

c) Por �ltimo, se observa que nada de lo ordenado en el articulo 377C_PENAL#377*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF materia de la censura, autoriza para pensar que quien se encontrara cumpliendo la pena de Relegaci�n a Colonia Agr�cola Penal en un establecimiento destinado al efecto, al entrar en vigencia el nuevo C�digo Penal deb�a entonces ser trasladado a un establecimiento destinado al cumplimiento de la pena de prisi�n. Por el contrario, el citado art�culo da a entender a las claras que lo que ocurre es que quien estuviera purgando las tantas veces citada pena de Relegaci�n a Colonia Agr�cola Penal, seguir� descontando el tiempo a que hubiera sido condenado, pero sin hacer conversi�n de pena, sino apenas teniendo en cuenta la duraci�n de aquella.

A m�rito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia en -Sala Plena-, previo estudio de la Sala Constitucional, escuchada la Procuradur�a General de la Naci�n y en uso de sus atribuciones constitucionales,

Declarase EXEQUIBLE por no ser contraria a la Constituci�n la parte que se subraya del art�culo 377C_PENAL#377*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF del C�digo Penal (Decreto n�mero 100 de 1980 cuyo texto es el siguiente:

Art�culo 377C_PENAL#377*NO EXISTE EL ARCHIVO .BKM. Tr�nsito de legislaci�n. A partir de la vigencia del presente C�digo, quienes est�n cumpliendo condena de presidio o de Relegaci�n a Colonia Agr�cola Penal, continuar�n descont�ndola como si fuera pena de prisi�n.

C�piese, publ�quese, comun�quese al Gobierno Nacional, ins�rtese en la Gaceta Judicial y arch�vese el expediente.

La Colonia Agr�cola Penal a que se refiere el articulo 377C_PENAL#377*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF de la actual codificaci�n punitiva -objeto de esta demanda de inexequibilidad y del pronunciamiento mayoritario de la Corte del cual nos apartamos- puede entenderse en dos sentidos, de acuerdo con el C�digo Penal anterior: como establecimiento penitenciario rural donde pod�a descontarse eventualmente la pena de prisi�n, o como pena accesoria; en esta �ltima modalidad, solamente era imponible en dos situaciones, a saber: al responsable de concurso material de cuatro o m�s delitos siempre que "la naturaleza y modalidades de los hechos ejecutados, los motivos determinantes, las condiciones personales y el g�nero de vida llevado por el agente demostraren en �ste una tendencia persistente al delito" (art�culo 33XXXX#33*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF, inciso 20 C.P.), y al reincidente en las condiciones y circunstancias precisadas en el inciso segundo del art�culo 34XXXX#34*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF de aquella misma codificaci�n.

Pero ocurre que el nuevo c�digo suprimi� la Colonia Agr�cola Penal como pena accesoria, no la cre� como pena principal, elimin� la reincidencia como fen�meno jur�dico generador de consecuencias punitivas y borr� cualquier castigo adicional para el responsable de concurso delictivo, con lo que aquella instituci�n penitenciaria dej� de existir como sanci�n penal.

Ahora bien, si se entiende el texto demandado -como lo entiende la mayor�a de la Sala- en el sentido de que personas condenadas a Colonia Agr�cola Penal como responsables de concurso material de delitos o en raz�n de su reincidencia, con fundamento en los art�culos 33XXXX#33*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF, inciso 2o. y 34XXXX#34*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF, inciso 2o. del C�digo Penal anterior, deben seguir cumpliendo una pena que ya desapareci� y han de seguirla descontando, adem�s, como principal de prisi�n, siguiese que la norma en cuesti�n resulta violatoria de los principios constitucionales de legalidad y de favorabilidad porque se contin�a sancionando a personas por hecho o fen�meno que ya dej� de ser punible (la reincidencia) o cuya pena fue suprimida (Colonia Agr�cola para el concurso material) y porque se ha convertido una pena accesoria ya extinguida en pena principal de otra naturaleza.

Entendemos, desde luego, que las Colonias Agr�colas Penales como est`blecimientos rurales contin�an en pie y que en ellos pueden descontar pena de prisi�n quienes hayan sido condenados a tal sanci�n, pues el art�culo 45C_PENAL#45*NO EXISTE EL ARCHIVO .RTF del C�digo Penal hoy vigente dispone que esta clase de pena se cumpla "en los lugares y en la forma previstos por la ley"; tal el alcance que debiera d�rsele a la norma cuestionada y cuya constitucionalidad ha sido reconocida en este fallo por la mayor�a de la Corte.

Por las razones, sucintamente expuestas en precedencia, no prohijamos esta determinaci�n.